El caso AMIAFue al brindis del Año Nuevo hebreo y criticó el discurso de Cristina en la ONU.
“Es muy importante que asumamos que el memorándum de entendimiento significó rechazo y fracaso. Hubo un retraso en la posibilidad de avanzar en la causa judicial y un fracaso en la capacidad para tener colaboración de otro Estado”, afirmó ayer Sergio Massa, tras compartir un brindis por el Año Nuevo judío con otras figuras políticas, además de representantes de actividades profesionales, empresarias y comunitarias.
El líder del Frente Renovador fue el único presidenciable en el desayuno que acostumbra organizar para esa fecha el Congreso Judío Latinoamericano (CJL) en su sede de Once donde en 1948 se izó por primera vez la bandera de Israel. Y resultó también el más enfático en el rechazo al discurso de la Presidenta en la Asamblea General de las Naciones Unidas, en el que responsabilizó a la dirigencia judía de la Argentina por el fracaso del acuerdo que su gobierno firmó con Irán para tratar de revisar la investigación del atentado a la AMIA.
A las palabras de apoyo a la comunidad, que ya había salido a replicar duramente a Cristina, Massa sumó el gesto de posar junto a su dirigencia, acompañado por varios miembros de su fuerza: el intendente de San Isidro, Gustavo Posse; el diputado Facundo Moyano y el ex legislador porteño Diego Kravetz. El grupo se mezcló con figuras de otras fuerzas, como los macristas Laura Alonso, Patricia Bullrich, Sergio Bergman, Martín Ocampo, Claudio Averbuj; además de los sciolistas Cristina Alvarez Rodríguez y Jorge Telerman (flamante miembro del equipo “Scioli 2015”).
Por el oficialismo también estuvieron los diputados tucumanos Alfredo Dato y Benjamín Bronberg, pariente del gobernador Jorge Alperovich y de su esposa, Beatriz Rojkés, celebrada en otras ocasiones por haber sido la primera dirigente de origen judío en asumir provisionalmente la Presidencia de la Nación, pero ausente en la ocasión.
Ningún funcionario K participó del brindis.
Una visita inusual fue la del presidente de la Corte Suprema, Ricardo Lorenzetti. Su presencia, aunque breve, fue considerada por la dirigencia hebrea como otra señal de respaldo frente a los embates del Gobierno en el conflictivo tema de la AMIA (ver aparte).
Julio Schlosser, titular de la DAIA –brazo política de la comunidad– se encargó de fotografirse con todos ellos, casi a modo de desagravio por los ataques que le dirigió Cristina en la ONU, rompiendo (tal vez de manera irrevocable) una relación que había sido fluida hasta la firma del polémico memorándum con Teherán, a principios del año pasado.
“Quiere convertir a las víctimas en victimarios”, dijo el dirigente cuando concluyeron las ceremonias religiosas por Rosh Hashaná, el viernes a la noche.
Massa fue más allá e insistió en la derogación del acuerdo en el Congreso. Lo escuchaba, entre otros, el anfitrión, Claudio Epelman. El titular del CJL, sin abandonar su particular tonada cordobesa, se erigió en uno de los promotores del diálogo interreligioso mundial desde que su “amigo” Jorge Bergoglio asumió como Papa y lo recibe con frecuencia en el Vaticano.
También se sumaron al brindis el vice a cargo de la AMIA, Tommy Saiegh; el número dos de la DAIA, Waldo Wolff y Luis Grynwald, de la agrupación Plura Jai, que por la tarde emitió un documento de repudioal discurso de Cristina. Por el elenco empresario estuvo Eduardo Elztain, de IRSA.
El cierre de los discursos quedó a cargo de la embajadora de Israel, Dorit Shavit.
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